Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, declaró frente a empresarios que, de impulsar una reforma fiscal, propondría una fiscalización de contribuyentes a través de sorteos.
Ante 1,900 empresarios de la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) de Nuevo León, el presidente electo aseveró que durante el primer año de gobierno no llevaría a cabo ninguna reforma fiscal; no obstante, ésta la emprendería al ganarse la confianza de la ciudadanía.
En este sentido, refirió que la reforma que impulsaría sería para simplificar el trámite de la declaración de impuestos, además de realizar auditorías de forma aleatoria a personas físicas y morales.
Agregó que el objetivo sería no sólo la simplificación, sino también confiar en el contribuyente y no verlo como un delincuente en potencia, sino como un ciudadano responsable.
“¿A qué grado pienso plantear esto en su momento? De que todos los ciudadanos mexicanos tengamos que hacer una manifestación anual y decir: en uso de mis facultades mentales y bajo protesta de decir verdad, doy a conocer que tuve ingresos (por una determinada cantidad), y de acuerdo con una fórmula sencilla, me corresponde contribuir con tanto, y se deposita el dinero”, expuso.
Mencionó que partiendo de esa confianza, no se requerirá tener aparatos fiscales para perseguir a los contribuyentes, y sólo se realizaría “una especie de sorteo para hacer una indagatoria en su momento: tú manifestaste que tuviste ingresos por esta cantidad, pero resulta que no es así; estás mintiendo, estás engañando, entonces ahí sí, aplicación de la ley”.
En este sentido, Manuel Baltazar Mancilla, director general de México Fiscal, aseveró que hacer auditorías por medio de un sorteo podría resultar un poco riesgoso, ya que se podrían gastar recursos en auditorías que no dejen recaudación al fisco, mientras que contribuyentes que sí adeudan queden sin pagar.
“El Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene todo un procedimiento para decidir a quién auditar y a quién no. Ya se construyó a nivel informático todo un sistema y una metodología para cruzar información y saber qué contribuyentes son más riesgosos que otros”, explicó.
Lo anterior, agregó, se lleva a cabo de esa manera porque los recursos de auditoría son limitados, por lo que el SAT enfoca de la mejor manera las revisiones a contribuyentes que en verdad tengan errores que permitan una recaudación adicional.
“Falta saber más de esta propuesta, pero por el momento podría ser un error. Gastar presupuesto en contribuyentes que sí cumplen pero salen sorteados para la auditoría mientras que otros podrían pasar años sin ser auditados y cumplir adecuadamente con sus obligaciones”, aseveró.
Por su parte, Carlos Cárdenas, expresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), refirió que el desmontar los aparatos de fiscalización actuales sería llevar a bajo todos los avances que ha tenido el SAT, como lo es la factura electrónica.
Asimismo, aseveró que el que se realicen auditorías sólo por medio de sorteos, sin un análisis de riesgo del contribuyente, incluso podría generar una mayor evasión fiscal en el país, algo que las autoridades justo pelean con la fiscalización.
De acuerdo con el Informe Tributario y de Gestión del SAT, de enero a junio de este año, se realizaron 32,428 auditorías, 59.7% menos que las realizadas en el mismo periodo del 2017, cuando se llevaron a cabo 80,535 revisiones.
No obstante, se recaudaron 86,269 millones de pesos, monto mayor en 9,564 millones a lo que se obtuvo en el primer semestre del año pasado.
La rentabilidad promedio de la fiscalización fue de 53.6 pesos, es decir, el retorno por cada peso invertido en fiscalización.
Confianza ciudadana
El político tabasqueño planteó a los empresarios esperar a que los ciudadanos confíen en su gobierno para llevar a cabo esa reforma, tendiente a simplificar las declaraciones de impuestos, y si se puede —dijo— reducir las tasas de impuestos.
“Que se mantenga el mismo marco legal, en lo fiscal, y que después llevemos a cabo una reforma. Vamos primero a acreditar el gobierno, a que funcione, porque no todo tiene que ver con las leyes; el problema es que no se cumple. No todo es el marco legal, es el recto proceder de los buenos gobernantes. Entonces vamos a probar cuando menos el año próximo, si podemos salir adelante con esto”, aseveró López Obrador.
Reiteró que en todo su gobierno, y particularmente en la Ley de Ingresos para el 2019, no habrá aumento de impuestos, ni nuevos; ni tampoco incremento al precio de la gasolina.
“De modo que no va a haber una reforma fiscal para recaudar más, aumentando los impuestos. Yo aprovecho para decirles que vamos a gobernar durante el primer año de esta manera, y vamos a llevar a cabo una consulta, recoger puntos de vista para que una vez que el gobierno esté acreditado, una vez que los ciudadanos le tengan plena confianza al gobierno, entonces sí podamos pensar en una reforma fiscal”, aseveró.
A la pregunta de cómo ayudaría fiscalmente a los empresarios y a las micro y pequeñas empresas, López Obrador afirmó que por ahora no es posible reducir las tasas de impuestos, aunque más adelante podría analizarse el tema.
“Lo mismo en cuanto a la revisión a las tasas que se ponen. ¿Por qué no pensar en reducirlas en su momento si esto va a significar apoyar el crecimiento económico y si va a significar crear empleos; todo esto vamos a analizarlo en su momento”, destacó.
Una mujer de NL dirigirá el SAT
Cuestionado sobre cómo beneficiará su gobierno a Nuevo León, López Obrador afirmó que además de que la Secretaría de Economía se trasladará a esta entidad, una mujer originaria del estado encabezará el SAT.
Sin embargo, evitó dar a conocer su nombre. Algunas versiones refieren a Margarita Ríos Farjat.
FUENTE:El Financieo