Cuando el equipo de fútbol de los Jabalíes Salvajes fue hallado dentro de la gruta, tras estar más de una semana desaparecidos, este anestesista de Adelaide dejó sus vacaciones en Tailandia y se presentó voluntario para ayudar en las tareas de rescate.
Harris examinó a los niños dentro de la cueva y dio luz verde para que la operación de rescate se pudiera llevar a cabo. Si los niños hubieran estado demasiado débiles de salud, un intento de rescate con buceo hubiera sido demasiado peligroso.
Y se cree que el doctor, conocido como Harry, fue uno de los últimos rescatistas en salir.
Pero el doctor australiano no pudo celebrar por mucho tiempo el éxito del operativo debido a una tragedia personal: su padre falleció poco después de que se completara el rescate.
El servicio de ambulancias del sur Australia, para quien trabaja, dijo que el dolor de su familia fue «magnificado» por las demandas físicas y emocionales de la operación de rescate.
«Fue una semana tumultuosa con altas y bajas», dijo el doctor Andrew Pearce, de MedSTAR, pidiendo respeto a la privacidad de los familiares.
«Harry es un hombre tranquilo y amable que no lo pensó dos veces a la hora de ofrecer su apoyo a la misión».